La culpa

Todo lo que me paso fue por tú culpa, es una de las frases que con mayor frecuencia decimos en nuestra vida.

Siempre que algún acontecimiento no nos gusta y que nos sucede, es porque alguien más hizo algo nos afecto, como cuando fui a buscar ese par de zapatos que había visto en la tienda, pero cuando fui ya no estaba porque alguien más se lo había llevado ya, o como cuando en clases compartíamos tareas grupales y al que le correspondía llevar un informe falto y no pudimos entregarlo a tiempo.

La culpa es tuya porque no viniste, por tú culpa raspe la materia, por tú culpa, por tú culpa, por tú culpa. Tenemos tan programado la influencia de los demás en nosotros que siempre tendemos a culpar a los demás de lo que nos sucede, pero

¿En realidad es culpa de alguien más el que yo esté en un problema determinado?

Digamos que nos invitan a una fiesta, y que todos los conocidos estarán allá, incluso esa persona que no me agrada o mi ex, y aun así me presento y voy a la fiesta, y en cierto momento cruzo palabras con esa persona y todo se va a la mierda,

¿Acaso tiene culpa la otra persona de que yo haya ido a la fiesta?

A donde quiero llegar es, al punto en el que nosotros nos responsabilizamos por nuestros actos, si aunque te duela, todo lo que pasa en esta vida es porque tú lo has querido así. Nadie más tiene poder sobre ti sino tú, nadie más tiene influencia sobre ti sino tú.

TÚ ERES EL RESPONSABLE DE TÚ VIDA, NADIE MAS.

Es un hecho que hay que aceptar, y tomar la responsabilidad de nuestras vidas es súper difícil, ya que siempre estamos en búsqueda de ese factor externo que causa un estado en nosotros, si llueve y no fui a trabajar es por culpa de la lluvia que no fui a trabajar, NO. No fuiste a trabajar simplemente porque no quisiste.

Recientemente me he hecho tan responsable de mis actos que, me he permitido fluir con las situaciones, si algo pasa o no en mi vida, es porque yo lo permito así, comentaba con un amigo sobre las relaciones, y pues notaba que el forzaba mucho las cosas con su pareja, se entregaba por completo y se desvivía por atenderlo y servirle, y agradarle.

Digamos que Juanito, se entregaba y pues que Carlita era quien disfrutaba de sus atenciones, y cierto día Carlita decidió irse y separarse de Juanito. Obviamente Juanito quedo hecho un desmadre porque él se entregada por completo a ella, pero

¿No fue él quien se entrego por completo?

o

¿fue Carlita la que lo obligo a hacer todas esas cosas por ella?

Que el gobierno nos dé, que mi pareja salga a trabajar para comprarme un vestido nuevo, que mis padres tengan dinero y yo pueda comprar une teléfono nuevo. Es más fácil entregar la responsabilidad de mis actos a los demás, porque así me libro de sentir, me libro de las consecuencias que pudieran traer consigo las acciones que tomo.

¡No, no, no! Si yo quiero algo, actuó de una manera, pues soy responsable yo de todo eso.

Mi punto es que, seguimos siendo irresponsables de lo que sentimos, le achacamos a los demás lo que pasa en nuestra vida, que la economía no me deja surgir, que mi trabajo no me da libertad para salir de fiesta, que mi pareja no me permite vestirme de esta forma.

Es momento de que seamos consientes de que somos responsables de nosotros y lo que sentimos, no tenemos ningún pode sobre los demás, las cosas le pasan a cada quien porque así lo quieren.

Cuando te responsabilizas por lo que sientes y haces eres más consciente de lo que sientes y de que tú eres quien tiene el poder de controlar tú vida.

Cuando damos un consejo, o pedimos un consejo ya depende de nosotros si lo ponemos en práctica o no, y si nos va mal por poner en práctica el consejo, pues ¡asumamos la culpa! ya que fuimos nosotros quien decidimos ponerlo en práctica.

Hay que sacarnos de la cabeza que somos responsables de los demás, y entrar en la realidad de que yo soy responsable de mi, si los demás se sienten culpables porque tu actúas de cierta manera, es muy triste por ellos porque aun creen que los demás son responsables de sus emociones, de sus vidas, por esto es que muchas veces se crean relaciones dependientes, y esperamos por los demás para hacer las cosas.

De ahora en adelante, tomo responsabilidad por lo que siento, por lo que hago por lo que soy.

Nadie más tiene poder sobre mí, sino

YO.

Fin.

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